sábado, 8 de agosto de 2009

A piece of me.

Es un pecado que hagan algo tan hermoso como esto... Se me cayeron las lágrimas cuando lo vi. Tuve una semana horrible, y cuando digo horrible es horrible. Me perdía a mi misma en pensamientos absurdos e insensatos, cosas que nada más yo escucho. Me iba del mundo sin pensar en nada ni nadie y todo me daba igual. Si era lunes, martes, miércoles o cualquier día de la semana me daba igual. Sábados, mis días perfectos.Son los días en los que realmente puedo ser yo misma sin carcomerme a mi misma en pensamientos estúpidos. Me gustaría poder vivir un sábado eterno. Significan libertad, felicidad. Cuando voy al colegio siento que no tengo alma, que desaparece. Me miento a mi misma diciéndose que todo esta bien, que estoy pensando locuras. A veces ni yo misma llego a entenderme. Llorar, ¿por qué llorar? Lloró por cosas que no entiendo, por cosas que me deprimen tan fácilmente... Me gustaría poder ser fuerte como una roca. Me gustaría poder matar. Sí, matar. El instinto asesino salé a flote cuando voy allí, porque siento que nada importa, que nadie importa. Ponen trabas a mi propia existencia.

¿De verdad hace falta sufrir tanto? ¿O soy yo la que se impone el sufrimiento inentendible?

Cuando escucho tu voz... Todo esto ya no importa. Extiendes tu mano hacía mi, ya nada tiene sentido más que el brillo de tus ojos. Me gustaría poder acurrucarme en tus brazos, suavemente, dulcemente, y que me susurres al oído cosas que nadie más que tu puede decir. ¿Estoy loca? Loca de amor por ti... Por ti que estas lejos de mí, y nunca podre tenerte.

Pero no me deprimo por eso, no, nunca. Me haces feliz estando lejos... Porque si te tuviera cerca seguramente no te valoraría. Que ser humano horrible que soy.

Gracias, alice nine.

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