domingo, 11 de octubre de 2009

Carta a la novia.

10/10/09

Sofia:
Sé que esta no es la mejor forma de decirte esto. También entederé si no queres ser más mi amiga, si querrás putearme, si querrás humillarme, si querrás apartarme, si querrás odiarme. A todo esto yo ya estoy acostumbrada. Así que, sinceramente me da igual si queres odiarme o simplemente tenerme piedad porque "Oh, ¡es una pobre sufrida!"
Punto uno: Yo sé que vos y Franco son novios. Me lo contó Nuria, unos pocos días después de haber entrado al colegio. Después Franco me contó porque no quería que nadie lo supiese. Perfecto, ningún problema.
Salimos unas cuantas inocentes veces a Quilmes (Seguramente te las habrá comentado). Hasta llego a venir a mi casa para que le enseñase Inglés. No te preocupes, doy fe de que no hicimos nada más que eso. Nos divertíamos, yo era feliz al menos. Sentía que alguien me quería, que me quería mucho y sinceramente. Fue la primera vez que me sentí así. "Querida". Querida por alguien que no fueran mis viejos. "Querida" de verdad.
Aca es cuando la cosa se pone turbia. El jueves uno de octubre, este mismo mes, Franco vino a mi casa a aprender inglés. No sé que se la habrá cruzado por la cabeza (tampoco sé que se me habrá cruzado a mi por la cabeza), pero no hubo ninguna clase de inglés. Le dije como me sentía, y bueno, él me abrazó. Me dijo que iba a estar conmigo "siempre". Sé que para vos no es ningún signo de efecto mayor (Tal vez sí o tal vez no) pero a mi nunca me habían abrazado así. Me hizo sentirme protegida. Que hijo de puta...
Ese mismo día en mi casa, haciamos como si bailaramos. Digo "haciamos" porque yo no bailo bien y porque Franco me hizo girar así re loco. Me alejó, me acercó a el. Yo lo mire a los ojos y me separé de él. Pero lo hizo otra vez. Y esa otra vez creo que también me separe. Hasta que una vez él acerco su cara a la mia y yo me quede estática, como en shock. Y me besó. Sí, me besó. Pero yo no seguí el beso. Fue un simple besito, como un beso en el cachete, pero en vez de ahí, en los labios.
Me separé de él abruzcamente y me senté en la mesa, tapándome la boca. El también se sentó. "Perdón" me dijó, cabizbajo y simulando estar arrepentido.
"Pero no pasa nada... Espera, ¿de verdad... de verdad lo hiciste?" casi grité yo.
Es que parecía un sueño. Un beso, mi primer beso. Después de ver como todos se amaban y eran felices abajo de mis narices. Mi primer beso.
Automáticamente después de eso, llegó mi vieja. nos saludó, nosotros nos hicimos los boludos. Si la cosa hubiera terminado ahí, ¡ah! que bueno sería eso. Que bueno hubiera sido eso.
Le pedí a mi papá que nos llevara a Quilmes. Necesitaba tomar un poco de aire después de semejante episodio. Pero al final, no fuimos a jugar Pump, ni matar zombies, ni hacer jodas (como haciamos normalmente), ni nada. Caminamos por Rivadavia quién sabe cuantas veces. Hablamos sobre cosas que ya ni me acuerdo. Él seguía pidiendome "Perdón" a cada rato, como si hubiera cometido no se que maldad.
Pero ni todos sus perdones juntos servirían para hacerme sentir mejor después de lo que pasó. Anocheció. El tenía ganas de besarme. Me lo decía su cara y sus ojos. Me daba pequeños besitos en la cabeza, en las mejillas. Esquivé unos cuantos que fueron dstinados a los labios. Nos sentamos en el parque que esta en frente de la Catedral, en un banquito al frente de la fuente. Yo lo miraba. Una vez él me dijo: "Si está preguntándo lo que creo que esta preguntándo, la respuesta es sí." Al principio, no entendí lo que trataba de decirme. Después de unos instantes me di cuenta de que la pregunta era "¿Queres besarme?"
Cuando estabamos sentados no me acuerdo de que hablamos. Creo que le contaba como me sentía con respecto a lo que pasó. No paraba de decirle "¿Le vas a decir a Sofi?", y el agachaba la cabeza y decia "sí", mientras no paraba de recitar sus miles de perdones para mí.
De un momento al otro, ¡ah sí! Ahora me acordé de que hablábamos. Sobre sus ex-novias y sobre cómo podía alguien besar la primera vez sin saber como besar. Franco dijó: "La primera vez todos inventamos cualquier cosa."
Retomando, yo decía que "de un momento al otro"... y sin saber bien como paso, nos terminamos besándo. Y esta vez yo sí lo seguí... y él también lo siguió.
Cuando me separé de él no pude decir otra cosa más que "wow". ¿Qué querías que dijese? Tal vez no fue perfecto, pero fue mi primer beso. Nunca lo había sentido en carne propia y con tanta intensidad. Siempre lo veía desde afuera, como una intrusa. Y ahora, todo se volvía realidad. Me besó otra vez antes de que viniera mi padre a buscarnos. Algo más corto pero, beso en fin. También me mordió el cuello...
¿Por qué te cuento todo esto? Porque te fue infiel, y claro, no te lo dice. Él sació su calentura conmigo y c'est fini. Seguro que vas a pensar no sé cuantas atrozidades de mí ahora en adelante. Lo único que me dijo él - y te involucró a vos - fue: "Si hubieras llegado antes que Sofi...". Sí, me hubiera elejido a mí. Pero, no es así. Como costumbre para mi. Fantasías rotas, rotas en miles de pedazos como vidrios hechos añicos.
Pero a mi me duele más que cuando me choqué con el ventanal y aquel vidrio me cortó la nariz. (Crepo que te la conte, la vieja anecdota de cómo me quedó una cicatriz en el medio de la nariz).
Aunque eso no importa ahora... Sofi, yo te quiero. No creas que ésto fue para herirte, todo me salió mal. Todo. Por favor, ¡no me odies! Estoy harta de sufrir. Vos sos tan buena conmigo... Por eso por favor no me odies.
¡Porque estoy llorando! ¡Porque estoy sufriendo! Porque me duele la impotencia, de no poder hacer nada contra este reberendo pelotudo.
Te elijió a vos. No te preocupes, no te dijo nada pero te elijió a vos. Así que claro vas a venir en contra mía diciéndome que soy una puta regalada, una falsa, una hipócrita cara rota. (Tus prejuicios de que vengo del Quilmes High School hechos realidad, ¿no?). Pensá antes: "Franco tampoco me dijo nada." Deberías enojarte con él, no conmigo. Pero como siempre, la pareja se enoja con el tercero como si tuviera la culpa. El quería besarme. ¡ÉL! ¡ÉL me besó! ¡Él! ¡ÉL!
La verdad, hace lo que quieras. Sólo te digo que yo no me puedo carcomer por dentro por este hijo de puta.
Porque no es la primera vez que me lo hacen... Me dejaron por otro una vez. Otras dos veces ni siquiera se pararon a mirarme porque eran GAYS. ¿Sabes lo que es enamorarte de dos GAYS? ¿Uno, atrás del otro? Y qué despues venga este te lo refriege el amor en la cara, y después... ¿Después se VAYA?
Yo no puedo más...
Estoy harta de sufrir...
Pero nací para sufrir.
Sólo te diré que yo no soy una cualquiera, que yo no soy ninguna "niña perdida", que no soy ninguna puta barata. Soy una MUJER. Una mujer que sabe bien lo que quiere. Que aunque sufra y sufra, aunque caiga en el pozo más profundo, aunque sea destruida SE VA A LEVANTAR.
Porque estoy harta de la compasión.
Si merezco odio, es porque soy alguien.
Porque estoy viva.
Atte.
Victoria.

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