Terminé de leer Tokio Blues. Ahora no sé muy bien que podría leer... Debería cumplir la promesa que le hice a Marky y leerme "Felicidad" de una puta ver por todas y ver si puedo trasnformarme en él (?)
Otra vez me enferme, esta vez de sinusitis. Creo que esto es culpa de que me fume un par de puchos el sábado pasado. Es tan injusto que haya personas que se bajan 2 atados por día y no les pasa nada y yo por fumarme un pucho estoy agonizando como una lombriz aplastada.
En conclusión, estoy harta de tener que enfermarme a cada rato y voy a dejar de fumar. Por lo menos no fumar por iniciativa propia. Dejen de romperme las pelotas, amigdalas de mierda.
Ahora mismo tengo la camisa a cuadros roja de Marky puesta. Cada día me siento más como una ñoña, pero no puedo evitarlo.
No sé si sera por la enfermedad... o por otros factores que tal vez no llegue a entender, pero últimamente siento que pierdo la noción de la realidad y es bastante alarmante. Es como sentir que el mundo en el que estoy alrededor no existe, y que yo también no existo, y que todos mis recuerdos, mis sentimientos y pensamientos son todos falsos y que me voy a esfumar dentro de nada. Es horrible. Tal vez me haya quedado paranoia de haber hablado con Ushi sobre los transtornos de personalidad. Me quede con ganas de ir a un psicólogo desde eso.
Tengo las manos frías. Siento que no las puedo mover casi. No puedo parar de escuchar Depeche Mode y al estúpido de mi novio le volvio el líbido ahora. Tsk.
Espero recuperarme pronto. El médico me dio tres días de reposo. Ya paso el primer día y me siento como una vaga total. Ahora le voy a pedir la tarea a una compañera de mi curso que es re caritativa y simpática.
...Hace un día o dos busqué a Koi en facebook otra vez. Se cambió el nombre y empezo a poner imagenes suyas de foto de perfil, como lo hacía hace mucho tiempo. Koi... te ves tan lejana. Hoy recordé la carta que te había mandado hace unos años. Nunca llego, ¿verdad? Y eso que yo te había escrito con todas mis fuerzas y había comprado dos señaladores de Kyo especialmente para tí.
Después de todo, el tiempo cambia. A veces siento que mi perdida de noción de realidad no es más que un llamado para que me de cuenta de que ya no soy más una niña de 13 años enamorada de una mujer que vive en Chile. Cae en la realidad, tonta.
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