Siento como si hace años que no me siento frente a una computadora. Y ahora veo la maldita necesidad de quedarme horas y horas en frente de ella, leyendo cosas, chateando con Mauro, y bleh. Es sábado por la noche, lo que significa que todas las personas salieron.
Argentina salió del mundial y eso me trajo una cierta felicidad. Felicidad en el sentido de que tal vez la gente deje de preocuparse más por un maldito partido que por la situación de su puto país. Pero creo, dudo muchísimo que lo hagan. Después de todo es preferible vivir en el limbo antes que posar los pies en la realidad.
Me duelen las piernas. El viernes me hicieron jugar como cuatro partidos de hockey seguido. Toma hija de puta, profesora de educación física exigente pelotuda. Dentro de poco, tal vez, mi orientación vaya por otro lado. Muchas cosas dentro mío han cambiado: o simplemente, tal vez, han vuelto a aparecer.
Siempre vengo diciendo que quiero hacer cambios, que cambié, que voy a cambiar. Pero la cosa no es así: la cosa es hacerla. Menos charla más acción, dice la frase.
Empece a leer el libro que hace mucho me prestó Mauro, se llama Felicidad y es de un tal Will Ferguson. Aparentemente, no tiene mucha trascendencia en el ambito literario pero es un libro bastante llevadero. Trataré de terminarlo lo antes posible, de terminar de leer esa novelita de mierda que tenemos que leer para el colegio, y luego en las vacaciones de invierno devorar la máxima cantidad de libros posibles.
Hoy me pusé a leer post viejos de mi fotolog en el que muchos de mis ex compañeros del Quilmes High School me puteaban de arriba a abajo... jaja, me acuerdo cuando yo los insulté de arriba a abajo por un medio de comunicación tan burdo como fotolog. Seguramente ellos lo habran hecho miles de veces, qué imbeciles. Que imbeciles somos los humanos.
Y así la vida termina siendo a mi favor: Mi queridisima Florencia Dechert, te tuvieron que sacar del colegio porque te llevaste hasta el recreo. Pobre pelotuda, gorda y ricachona.
¿Qué? ¿Que vas a seguir marketing? No me hagas reir, necesitas tener cerebro para eso.
Me reí un rato, un buen rato leyendo eso.
... La verdad es que me dolió un poco; recordar mi pasado no es muy grato.
Mirá vos, Salinger se murió el 27 de enero de este año.
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