martes, 15 de junio de 2010

Feliz cumpleaños, papá.

No dormí casi nada ayer. Me la pase en la cama, con dolor de cuerpo y cabeza durante una hora sin hacer casi nada; me decidí a leer la estúpida novela que hay que leer para el colegio y me di cuenta de que mi hipótesis es correcta: La novela es una reverenda mierda poco llevadera y casi sin estilo llamativo. Great.
No pude dormir. Pasaron los minutos y leí dos capítulos de la novela -igual eran cortos- y me aburrí tremendamente. Me acosté. Me dolía el cuerpo y la cama me resulta anormalmente incómoda. Prendí la tele y vi los simpsons. Terminé haciendo zapping pasando canal tras canal sin poder dormirme durante unas horas más.
Apagé la tele y me intenté dormir. Tras quince minutos de intento fallido prendí la tele de nuevo. La apagé. La prendí. "La puta madre no puedo dormir" pensé.
Terminé durmiendo con mi mamá, y no, no me da verguenza decirlo. Me sentía tremendamente incómoda ayer, no sé porque, y sigo sintiendome así un poco.

Habre dormido como máximo cuatro horas.

A la mañana siguiente me levanto a las seis, siendo que tengo que estar en el colegio a las 7.45 para salir a una escursión. Resulta que terminamos saliendo a eso de las 8 y tanto, y yo llegue temprano al pedo, me levante temprano al pedo. Igual minutos después de levantarme ya no tenía sueño. Me dolía el cuerpo, la cabeza, todo y no podía cerrar los ojos siquiera. Durante el viaje hasta Capital lo único que hice fue... ¿qué hice? Ya me olvidé.

Fuimos a la UBA, estaba lleno de carteles rojos flameantes que te lavaban el cerebro con ideas socialistas-comunistas-zurdas. Decidí hacerle caso omiso a los carteles y fijarme en los experimentos que explicaban los muy simpáticos estudiantes de ciencias exactas (y trate de pensar que no eran todos zurdos).

Volvimos a eso de las 12.30, tuvimos clase de contabilidad aunque la profesora estaba en histérica porque mis compañeros querían safar diciendo "No, no teníamos escursión y nadie trajo nada." "Nos dijeron que ibamos a volver a la 1:20" Cualquiera.

Comí el menú raro que dieron en el colegio, le pedí la tarea de japonés a una compañera de mi mismo nivel y la copie rápido. Tuve la clase de japonés y después me volví a casa yo sola.
El colectivero del 105 que dijo "Ah, justo ahí te tenías que parar vos" con voz maldita.
El viaje de una hora.
El no haber visto a Mauro.
El tener que esperar una hora cuando llego a Quilmes en el McDonals.
El que no me llamen por teléfono y me digan "volvete a casa".
El sentirme enferma, con dolor de cabeza y garganta.
El sentirme depresiva.

No pido una familia de multimillonarios, no pido ropa cara, no pido una mansión, no pido coches, no pido nada de eso. Lo único que pido, y sí es egoísta, es una familia normal.

Feliz cumpleaños, papá.

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