martes, 27 de julio de 2010

C r y i n g

Intentás no llorar. ¿Qué caso tiene? Si ella está llorando también. Llorar es para los débiles de mente y alma. Aunque te duela el pecho, aunque te den puntadas en el corazón, no llores. Ya discutiste sobre esto. No llores. No llores. No llores. No llores.


Me privan de un lugar para poder expresarme. No me dan nada, no me ofrecen nada, me arrojan al fuego esperando que yo misma encuentre todas respuestas. Como en el medio de un edificio en llamas, me asfixio con el humo de entre en mis pulmones y caigo, caigo en un sueño blanco, en el que todas las estrellas se caen también, y la luna se da vuelta y ya no hay más planetas. El cosmos se reduce a una migaja de pan que se la come una paloma. El corazón se retuerce como una rata a la que le inyectaron heroína. Y agujas te pinchan las puntas de los dedos intentando salvarte de un dolor ajeno.

No llores.
Sé feliz. Es más fácil decirlo que hacerlo.

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